Un medicamento formulado con IA se probará por primera vez en humanos


En una primicia mundial, un medicamento desarrollado por la inteligencia artificial podría utilizarse para tratar a pacientes con trastorno obsesivo-compulsivo. La noticia es notable e insinúa que, en el futuro, la IA podría ayudar a que el desarrollo de medicamentos sea más rápido y eficiente que nunca. 

La primera molécula farmacológica no fabricada por el hombre, DSP-1181, ha entrado en la fase 1 de los ensayos clínicos, según informa European Pharmaceutical Review. La molécula es un potente agonista de los receptores de serotonina 5-HT1A de acción prolongada y se ha desarrollado mediante una IA fruto de la colaboración entre la japonesa Sumitomo Dainippon Pharma y la británica Exscientia. El compuesto se desarrolló en un tiempo notable, ya que la IA fue capaz de completar en 12 meses lo que normalmente lleva cinco años. 


"Estamos muy entusiasmados con los resultados de la investigación conjunta que ha permitido desarrollar los compuestos candidatos en muy poco tiempo", ha declarado Toru Kimura, Director Ejecutivo y Director de Investigación de Sumitomo Dainippon Pharma. "Seguiremos trabajando duro para que este estudio clínico sea un éxito y pueda aportar nuevos beneficios a los pacientes lo antes posible".


El fármaco se creó mediante el uso de algoritmos, que la IA fue capaz de cribar más rápido que cualquier humano. 



"Hay que tomar miles de millones de decisiones para encontrar las moléculas adecuadas y es una decisión enorme diseñar con precisión un fármaco", declaró a la BBC el director ejecutivo de Exscienta, el profesor Andrew Hopkins. "Pero la belleza del algoritmo es que es agnóstico, por lo que puede aplicarse a cualquier enfermedad", añadió.


No es la primera vez que la IA interviene en la medicina, ya que cada vez hay más investigaciones que demuestran su capacidad para diagnosticar enfermedades con precisión, a veces incluso mejor que los médicos. Por ejemplo, en el caso del diagnóstico del cáncer de mama, una publicación en la revista Nature demostró que un modelo informático que utilizaba un algoritmo tenía más éxito que los radiólogos al leer las mamografías, informó la BBC. El estudio concluyó que la IA era tan buena como el sistema actual, que utiliza dos médicos para llegar a una sola mamografía, pero mejor que un solo médico. La IA también tuvo menos falsos negativos que los médicos, lo cual es importante ya que el cáncer no diagnosticado es grave. 


En el caso del desarrollo de fármacos, puede que el DSP-1181 haya sido el primero, pero los científicos están convencidos de que está lejos de ser el último. 


"Este año ha sido el primero en tener un fármaco diseñado por la IA, pero a finales de la década todos los nuevos fármacos podrían ser creados potencialmente por la IA", dijo Hopkins, informó la BBC.


Una molécula farmacológica inventada íntegramente por la inteligencia artificial está a punto de entrar en los ensayos clínicos con humanos por primera vez, lo que supone un hito decisivo para el papel del aprendizaje automático en la medicina.


El nuevo compuesto, diseñado para tratar a pacientes con trastorno obsesivo-compulsivo, ha sido desarrollado por la empresa de IA Exscientia, con sede en Oxford, en colaboración con la empresa farmacéutica japonesa Sumitomo Dainippon Pharma.


El compuesto diseñado por la IA ha acelerado el proceso habitual de desarrollo de fármacos, que puede durar unos cuatro años y medio, y ha entrado en los ensayos clínicos en tan sólo 12 meses.



Este avance se produce en un momento en el que los inversores están invirtiendo miles de millones de dólares en empresas que aceleran el desarrollo de fármacos mediante la IA. Por término medio, el desarrollo de un nuevo tratamiento por métodos tradicionales cuesta unos 2.600 millones de dólares, pero el uso de la IA podría hacer que el descubrimiento de fármacos fuera más rápido, más barato y más eficaz para los pacientes con una serie de enfermedades, desde el cáncer hasta las cardiopatías.


Hasta ahora, los algoritmos de aprendizaje automático, combinados con montones de datos de pacientes, se han utilizado con éxito para ampliar el número y los tipos de pacientes que pueden beneficiarse de los medicamentos existentes. Pero la invención de fármacos totalmente nuevos por parte de la IA que sean clínicamente seguros y eficaces en humanos ha sido más difícil de conseguir.


"El diseño y desarrollo de moléculas mediante la química medicinal siempre ha sido un proceso lento y laborioso", afirma Sir John Bell, catedrático regio de medicina de la Universidad de Oxford, que no participó en la investigación. "Exscientia puede hacerlo en muchos menos pasos, lo que es realmente impresionante, y parte de principios científicos muy sólidos. Creo que es un verdadero activo para el Reino Unido".


La plataforma de IA de Exscientia utilizó un conjunto de algoritmos para decidir la mejor estructura química del nuevo compuesto, conocido como DSP-1181 y dirigido a un receptor específico del cerebro implicado en el TOC. En conjunto, los algoritmos fueron capaces de generar decenas de millones de moléculas potenciales, cribar las candidatas y tomar una decisión sobre cuáles sintetizar y probar.


"La IA puede aprender más rápido que los métodos convencionales, por lo que sólo tuvimos que fabricar y probar 350 compuestos, una quinta parte del número normal de candidatos, lo que supone una productividad récord", afirma Andrew Hopkins, director ejecutivo de la empresa y biofísico molecular. "Los algoritmos... pueden aplicarse a cualquier objetivo farmacológico, contra una enorme gama de enfermedades en oncología, cardiovasculares y raras".


Esta empresa de 60 personas colabora con otras compañías farmacéuticas, como Bayer y Sanofi, en el diseño de nuevos fármacos para otras enfermedades, como las metabólicas, y ha recaudado 43 millones de dólares de Bristol-Myers Squibb, entre otras.


Artículo traducido y adaptado de Forbes


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